El miedo a cometer un error si metemos en nuestra vivienda a un inquilino moroso poner cada vez más nerviosos a los arrendadores. Y no es algo raro, y es que según el VII Estudio del Fichero de Inquilinos Morosos (FIM), los impagos de arrendatarios crecieron un 11,9% en 2014 en España -un 14.9% en Barcelona, según el análisis llevado a cabo por Fincas FB-. Ante este panorama, se torna casi indispensable la contratación de un servicio profesional. Sin embargo, los propietarios reticentes a confiar sus pisos a expertos en el sector tienen que tener en cuenta muchas claves para esquivar el problema de la morosidad.
Precio apropiado. Una renta muy alta hará más difícil dar con un inquilino y si éste llega hay el riesgo de que no tenga la más mínima intención de paganos. “Únicamente un profesional puede ayudar a fijar el precio técnico, analizando todas las variables del mercado en cada región”.
Comprobar historial. El FIM registra los impagos en los arrendamientos urbanos de España. Por medio de una consulta a esta pionera base de números se puede descubrir si un inquilino candidato posee antecedentes de rentas impagadas en cualquier localización del país. “Se trata de una herramienta disuasoria que posibilita esquivar a los morosos”.
Exigir documentación. Otra cuestión a tener en cuenta es solicitar al potencial inquilino que acredite su solvencia y investigar bien esta documentación. “La ilusión por entrar al piso lleva a muchisimos aspirantes a hacer cálculos desvirtuados de su economía”. “Es fácil cambiar esa documentación”, comentan desde Fincas FB.
Analizar la viabilidad. En el análisis a hacer del candidato, el casero no puede quedarse en la solvencia; también debe tratar de analizar la viabilidad. Para ello, es bueno la comprobación de comportamientos de pago. Una buena forma de hacerlo, si resulta factible, sería exigir, por ejemplo, referencias a arrendadores anteriores.
Estar al día de la ley. El contrato debe estar sujeto a la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU). “En caso contrario”, recuerdan desde Fincas FB, “lejos de preservar al arrendador, si tuviese que acudir a los tribunales, puede perjudicarle”. Contar usando un buen asesoramiento supone dejar bien definidas las cláusulas contractuales y prevenir contratiempos de cualquier tipo.
Correcta identificación. Todos los inquilinos deben aparecer en el contrato para poder reclamarles una posible deuda en el futuro. Además, otra situación que se elude con la total identificación es la posibilidad de los subarriendos.
Adecuación del inmueble. El buen estado de un inmueble es esencial. “Las averías continuos podrían derivar en impagos”. Por ello, hacer las reparaciones necesarias, mantener limpia y ordenada la casa y tener dados de alta los suministros se consideran cuestiones fundamentales.
Domiciliación de suministros. Una correcta gestión de los cambios de titularidad en los recibos evitará problemas. Si el inquilino deja de pagar, mantener los suministros a nombre del casero puede acarrearle una deuda ajena. “Por ello lo mejor es que el arrendatario pase a ser el titular de los suministros cuando pase a ocupar la vivienda”.
No aceptar renta como fianza. Es habitual que el inquilino pretenda dejar la fianza como pago del último mes del alquiler. “Este depósito se entrega para cubrir posibles desperfectos y no debe tratarse como una forma de pago”.