Para librarse de que los inquilinos dejen de pagar el alquiler, el propietario de la vivienda puede demandar tras el primer mes de impago y sin necesidad de que se acumulen más impagos.
El miedo a equivocarse con un inquilino moroso inquieta cada vez más a los arrendadores. Y no es de extrañar. Según el VII Estudio del Fichero de Inquilinos Morosos (FIM)